domingo, 18 de septiembre de 2011

La tradicional sombrerería cordobesa 'Rusi' cierra por "los altos alquileres"


CÓRDOBA.- La tradicional sombrerería Rusi situada en la calle Gondomar de la capital cordobesa cerró sus puertas ayer sábado al público como consecuencia de "los altos alquileres" en la zona céntrica, después de 107 años de historia despachando el sombrero cordobés "tanto a gente cercana como a artistas de prestigio".

   El actual propietario de la tienda, Rafael Fernández, con 75 años y 55 de ellos detrás del mostrador, explica que el cierre al público se produjo este sábado, aunque hasta el viernes 23 de septiembre no entregará el negocio a una multinacional.
   Durante los últimos meses los clientes se han acercado para comprar las existencias y "en estos últimos días ya están prácticamente agotadas, lo que quede lo llevaré a casa de recuerdo", comenta Rafael, quien asevera que ha habido "bastantes pedidos, también del exterior, y se ha vendido más que en la Feria y el Rocío, porque los clientes quieren tener como recuerdo un sombrero de Rusi".
   En este sentido, argumenta que "los alquileres son muy grandes en la zona y a mi me cumple dentro de un par de años, pero después me tengo que ir con una mano atrás y otra delante, sin embargo ahora tengo una oferta de gente que quiere este sitio --una multinacional--, y es la única oportunidad de coger un regalo después de los años que he trabajado".
   Así, recalca que "el problema gordo es el alquiler y aparte no hay otro problema", porque, añade, "todo el género que hay en la tienda está pagado, no debo nada a ningún proveedor, que ya es bastante, y me voy con la conciencia tranquila".
   La sombrerería Rusi "siempre ha estado en el mismo sitio", en el número 4 de la calle Gondomar, fue fundada en 1904 por el abuelo de Rafael, posteriormente pasó a manos de su padre y desde 1956 él está al frente, acompañado hace 30 años por su cuñada Carmen Ferrer, que confecciona el sombrero cordobés. "Yo cogí el negocio con 20 años, cuando terminé la carrera de comercio que hice en Cádiz, y hasta los 75 años que tengo no he fallado un día", relata Rafael.
   En los cajones de la tienda conserva las primeras plantillas para sombreros de sus clientes, entre las que se encuentran la del torero Rafael González 'Machaquito', el cantaor Antonio Molina o el ex alcalde de Madrid Conde de Mayalde. También presume de haber contado entre su clientela con la actriz de Hollywood Lana Turner; las actrices españolas Concha Velasco o Amparo Larrañaga; los toreros Enrique Ponce, 'Finito de Córdoba' y su mujer Arancha del Sol o Javier Conde, así como algunos políticos, que le piden encargos.
   Dentro de este nutrido grupo a Rafael no se le olvida "la familia Aragón con todos los payasos, que desde el año 1958 le mandábamos sombreros a Chicago (Estados Unidos) para actuar en el circo", o el encargo que le realizó la Diócesis de Córdoba para hacer una copia del sombrero del siglo XIV de los Seises de la Mezquita-Catedral de Córdoba.
   Entretanto, Rafael detalla que "los mejores años de la tienda fueron antes de la Guerra Civil, en cuanto a venta de sombreros, gorras y boinas", tal y como reflejan los libros de cuentas antiguos que conserva. "Después de la Guerra Civil hubo una época del 'sinsombrerismo', cuando la gente no quería usar sombrero y se quedaban calvos, según contaba una leyenda", desvela el propietario, quien indica que posteriormente su padre "empezó a vender otros artículos de piel de Ubrique (Cádiz) y objetos militares, de hecho, era la única casa en Córdoba en la que había hombreras de la guardia real de Alfonso XIII".
   En cuanto a los años malos, "se olvidan un poco, sobre todo fueron después de la Guerra y en los libros de cuentas en algunos días pone 'hoy no se ha vendido nada'", confiesa Rafael, al tiempo que agrega que "se pudo pasar la época, porque mi padre hacía los gorros cuarteleros para los militares".
   "A partir de los años 60 empezó un resurgimiento y el 1992 es el mejor año de ventas de la tienda, cuando se celebró la Exposición Universal de Sevilla", cuenta, y matiza que "ahora la cosa ha subido otra vez, tras un declive, y el sombrero se vende mucho, sobre todo el tipo Panamá". A ello se une que, "muchos clientes vienen directamente del médico que les recomienda comprarse un sombrero para la cabeza, porque el sol es muy malo".
   Según argumenta, "la historia del sombrero cordobés viene del campo, que es donde se creó y lo llevaban los campesinos altos de copa para tener aireación, después pasó a la fiesta y ya se han hecho muchas variaciones". En los comienzos de la sombrerería Rusi se solía pagar por un ejemplar unas cien pesetas y en la actualidad el más caro ronda los 125 euros.
   Dicho establecimiento fabrica artesanalmente el sombrero cordobés con un aparato de 1878, de modo que "a pesar de tener un pequeño taller, damos abasto". También vende borsalinos, "que vienen de otras partes de España"; los sombreros Panamá, "que vienen de Ecuador, otros de Alemania o Italia", así como distinta variedad de gorras, "que vienen tanto de otros lugares de España como de Inglaterra o Francia".
   Rafael y Carmen agradecen "el interés por venir a la tienda sin haber puesto ningún cartel de cierre del negocio en el escaparate" y tras 107 años de historia clausuran la sombrerería Rusi "con un buen sabor de boca".

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