sábado, 24 de octubre de 2015

Asociaciones de consumidores detectan que la crisis ha variado los hábitos de compra en España

MADRID.- Mercadona y las asociaciones de consumidores consumidores Cecu, Ceaccu, Fuci, Unau y UCA han detectado que la crisis ha variado los hábitos de compra de un consumidor cada vez más exigente. 

En concreto, la cadena de supermercados y las asociaciones de consumidores han realizado este viernes una jornada en la sede del Consejo Económico y Social (CES) para presentar el estudio que han realizado sobre el actual estado del consumidor español, en un momento en que las nuevas tecnologías y situaciones coyunturales, como la crisis económica, han variado sustancialmente sus hábitos de compra y consumo.
El objetivo del encuentro, enmarcado dentro de las reuniones que habitualmente la empresa de distribución mantiene con estas asociaciones, ha sido conocer aspectos del consumidor, relacionados con la agroalimentación, además de mejorar su protección y conocimiento fomentado un Consumo Responsable y Sostenible, según ha informado la compañía valenciana.
El análisis realizado revela que factores como la mayor preocupación por una alimentación saludable, la evolución tecnológica o la situación económica mundial han variado el comportamiento del consumidor. En su opinión, el consumidor está más dispuesto en la actualidad a buscar lo que necesita, dispone de más opciones e información y ha aprendido a comprar donde se encuentra aquello que quiere.
En muchos casos, se ha constatado que es determinante el factor precio, pero no es el único, y en ningún caso quiere renunciar a la calidad y la seguridad alimentaria.
Además, existen otros factores que están ejerciendo su influencia en los hábitos de compra: el consumidor comienza a demandar productos más saludables, medioambientalmente sostenibles, con formatos que faciliten evitar el desperdicio, y todo ellos, con mayores facilidades a través de los nuevos canales de compra.
Según el estudio realizado, actualmente hay un gran aumento del uso de las tecnologías para realizar la compra, propiciado por la necesidad de reducir el tiempo que se emplea para ello.
Las redes sociales, con escasa penetración en los hábitos de compra del consumidor, se perfilan con uno de los factores claves en la próxima década.
Por último, también se concluye que el nuevo consumidor valora mucho la disponibilidad de información, conocer qué está comprando o dónde se ha fabricado.
Para ello, se vuelve esencial la comunicación 2.0, a la que el consumidor recurre para informarse y obtener una atención al cliente diferenciada. Se observa sin embargo, que los deseos e inquietudes del consumidor medio todavía no están sustentados en un conocimiento real e imparcial de aspectos como la nutrición, la ecología, el desarrollo sostenible o la formación de precios, entre otros.

viernes, 23 de octubre de 2015

La mitad de los consumidores españoles opta por las marcas blancas

MADRID.- El 45 por ciento de los consumidores españoles apuesta por la compra de productos de marca blanca y un 37 por ciento dice haber adquirido algún producto de segunda mano en los últimos doce meses, según el Observatorio Cetelem Consumo España 2015, que concluye que, en general, este año se ha "gastado más".

Las grandes superficies tienen la mayor cuota de mercado en la mayoría de sectores analizados, pues un 68 % de los españoles prefiere realizar sus compras en ellos frente al 32 % que elige los comercios de barrio o tiendas tradicionales.
Y mientras que el 55 % de los encuestados elige la marca del fabricante en la mayor parte de las ocasiones, hay un 45 % que sostiene que la mayoría de los productos que compra son de marca blanca.
Por tipo de productos, un 39 % de los encuestados ha contestado que nunca compraría un electrodoméstico de marca blanca.
Los perfumes y colonias de marca blanca, con un 38 %, son el segundo producto que menos adquirirían, seguidos por las bebidas alcohólicas (un 34 % no está dispuesto a renunciar a la bebida de su marca habitual).
No obstante, sólo el 1 % no compraría ningún producto tecnológico de marca blanca, lo cual demuestra que "la marca blanca en este tipo de productos está muy extendida y que los productos funcionan muy bien en el mercado", según el estudio de Cetelem.
Por otra parte, y a pesar de que se siguen realizando esfuerzos por parte de la distribución, el 46 % de los encuestados echa en falta personal cualificado que le pueda asesorar en una tienda.
Cetelem explica que en ese dato hay que tener en cuenta que debido a la crisis las empresas en muchos casos han tenido que realizar reducciones en la plantilla o que los consumidores llegan con "los deberes hechos en casa" por lo que requieren de un tipo de personal que más que vendedor sea asesor.
Asimismo, en internet nos informamos muy bien de lo que vamos a comprar antes de visitar la tienda, que es donde a la mayoría nos gusta hacer la compra.
Nos preocupa nuestra salud dental y también se ha invertido más en la "salud de nuestro hogar", ya que ha aumentado cerca de un 30 % las reformas y el consumo respecto al mobiliario de cocina, según se desprende de este documento.
Cetelem recalca que el consumidor busca los mejores precios y seis de cada diez encuestados dicen visitar entre dos y tres tiendas antes de realizar su compra.
La mayoría de los encuestados afirma que "espera a la época de rebajas, días sin IVA y otras fechas con promociones comerciales para hacer las compras importantes" y un 66 % de los encuestados consideraría la financiación como una alternativa para adquirir un producto o servicio que no puede costear.

jueves, 23 de abril de 2015

La función, responsabilidades y necesidad social de las empresas / Ángel Tomás *


La crisis iniciada en el último trimestre del 2007, prolongada durante más de siete años, ha provocado la desaparición de un elevado número de empresas, con el consiguiente incremento del desempleo. Si bien el origen del desequilibrio económico generalizado se inició con el fracaso de las corrientes financieras internacionales especulativas y sin control, no debemos ocultar que también existieron empresas con malas prácticas, nacidas en unos mercados con exceso de optimismo, desprecio al riesgo y un crédito fácil y mal administrado. Debemos, por ello, estudiar el perfil del actual colectivo empresarial y la del propio empresario español, su protagonismo en el desarrollo económico y su legitimidad indiscutible.

Las actividades de los empresarios son imprescindibles, pero su creatividad y desarrollo, habrán de ser correctos, eficaces, competitivos y creadores de riqueza y puestos de trabajo. El éxito sólo se consigue con dedicación, trabajo, mantenimiento de la calidad, la investigación y la innovación; éstas últimas  aún lejanas de las practicadas en las naciones de nuestro entorno.

En España el colectivo empresarial supera ligeramente los tres millones, de los que el 53% no tenía asalariados, el 28% entre uno y tres, el 15% hasta 20, y sólo el 4% de las empresas trabaja con más de veinte. Por otro lado la supervivencia de las empresas es muy baja, ya que sólo el 14% supera los 20 años de vida, concentrándose la desaparición en la industria y la construcción, y el aumento de su peso en las de servicios. Los emprendedores, comprendidos entre los 25 y 39 años, en buena parte proceden del desempleo facilitando su actividad desde las tendencias del consumidor, y los obstáculos: ciertas políticas gubernamentales, el difícil acceso a la financiación, la elevada presión fiscal, y las lentas y complicadas trabas burocráticas.

Según el Instituto de Análisis Económico y Social, en base de los estudios llevados a cabo hasta el 2010, el peso de los empresarios de origen familiar alcanza el 65%, y destaca una tendencia creciente y sostenida a la entrada de la mujer en el colectivo emprendedor, pasando en un sólo quinquenio del 8,5% al 22%. Las motivaciones se relacionan con la calidad de vida, la autorrealización, la búsqueda de mayores ingresos y su contribución a la sociedad.

La justificación y el interés popular sobre la aparición de nuevas empresas se basa, por una parte, por la posesión de atributos especiales y el afán creativo, y por otra: la continuidad familiar, las características de los sectores sociales y a los valores personales necesarios para el ejercicio profesional de la innovación empresarial, apoyada en una formación técnica y científica, imprescindible hoy día.

Pero el interés del empresario por la responsabilidad social se despertó a partir de los años ochenta del siglo pasado, con las directrices marcadas por la OCDE, los principios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, las normas ISO 26OOO sobre responsabilidad social, y los Acuerdos de la Comisión Europea sobre la responsabilidad social de las empresas del 2001, así como los principios establecidos por la Global Reporting Iniciative (GRI) que obligan a informes anuales sobre el grado de cumplimiento de las empresas en el mismo sentido. 

Todo ello, ha caracterizado, en general, la espontaneidad de las empresas en adoptar y aplicar políticas sociales junto a la voluntariedad  de información sobre  estas políticas. A mayor abundamiento, el pasado 15 de abril de 2014, el Parlamento Europeo ha aprobado una Directiva sobre la divulgación de la información no financiera, que obliga a las empresas de más de 500 trabajadores y un volumen de venta superior a cuarenta millones de euros a informar sobre impactos sociales, medioambientales y medidas contra la corrupción.

Los valores y gestión de los empresarios, junto a la valoración que hacen los ciudadanos, han de reunir las condiciones necesarias para conseguir la justa legitimidad de aquellos, imprescindible tanto para la sociedad como, en gran medida, responsables del éxito económico de un país. Es necesaria la confianza empresa-sociedad-Estado, y esto es tarea de todos.

Para que los ciudadanos sientan interés por el emprendimiento, hace falta también, un modelo educativo que genere iniciativa e inclinación hacia la creatividad. El Estado es corresponsable de que esto se cumpla en interés de todos, y que regule un mejor sistema de costes y simplificación de administración para el inicio de la actividad.

La empresa española debe evolucionar hacia un crecimiento más sostenido, ya que pocas de ellas consiguen su consolidación a largo plazo, e incluir una organización interna menos jerarquizada, más flexible y más participativa, sin olvidar  el aumento de fondos propios, capaz de disminuir riesgos y revalorizar sus balances.

La empresa crea valores compartidos que deben satisfacer al conjunto de la sociedad, producir bienes y servicios en un mercado competitivo, cuidar de su reputación, informar con transparencia y cumplir con sus obligaciones para con terceros. Este es el único camino inteligente para mejorar la legitimación del empresario y la responsabilidad colectiva.

(*) Economista y empresario

domingo, 1 de marzo de 2015

Las hazañas de un guerrillero del marketing


MADRID.- Impactar en el receptor a fin de que éste compre un producto, se una a alguna causa o tenga presente en su día a día el nombre de una empresa. Ese es el objetivo de cualquier campaña publicitaria que se precie. Pero quienes piensen que para ello es necesario invertir ingentes recursos andan tremendamente desencaminados. 

En casi todas las ocasiones, lo que permite lograr el efecto anhelado es un chispazo de creatividad, una idea genial que permite inocular el mensaje con sorprendente efectividad en la mente del ciudadano. Es precisamente con esa idea con la que entronca el marketing de guerrilla, un término acuñado por Jay Conrad Levinson a mediados de los años ochenta para designar una serie de técnicas y estrategias materializadas por medios no convencionales. Rehúyen los espacios publicitarios al uso y se cuelan en el espacio urbano, convertido en gigantesca valla publicitaria tanto más efectiva cuanto no siempre es percibida como tal por el público.
De ello sabe mucho Manuel Romero, veterano de este oficio entre cuyas hazañas se cuenta la adquisición de ocho segmentos del Muro de Berlín para transformarlos en un monumento a la paz y a la libertad, valores diametralmente opuestos a los que con su construcción defendieron los dirigentes comunistas de la antigua República Democrática Alemana.
Una acción que inauguraría lo que, más de dos décadas después, es una prolífica relación con esta serie de técnicas cuyo germen sitúa el propio Romero en las campañas del británico Thomas J. Barratt allá por el siglo XIX, cuando tras ponerse al frente de la fábrica de jabones que tenía su suegro, se hizo con los derechos para reproducir las estampas de John Everett Millais que mostraban rubicundos imberbes en hogares de clase media, asociando así su producto con ideas como el ascenso social o el confort doméstico.
Responsabilidad de Romero fue también el sorprendente periplo de un misil Scud desde la gélida Rusia hasta las calurosas Islas Canarias, donde acabaría integrando un monumento a la paz. Un trayecto de 4.472 kilómetros por carretera entre Moscú y Algeciras (Cádiz), a los que se agregarían otros 1.220 kilómetros por barco hasta Arrecife (Lanzarote), contemplado con atónitos ojos por los transeúntes que se cruzaron en su camino. O la instalación en 1994 de la primera valla publicitaria en plena Gran Muralla china, un enorme cartel compuesto por tres lonas sostenidas por 600 jóvenes que adornó el tramo de Mutianyu, a 70 kilómetros de Beijing. Una acción que vino a demostrar que la otrora monolítica nación había recorrido un largo camino desde que el emperador Qin Shin Huang mandase erigir la formidable barrera de casi 9.000 kilómetros para mantener sus dominios a salvo de indeseados visitantes.
Poco antes, había acometido Romero una empresa similar en la mismísima Plaza Roja de Moscú, también con Turismo de las Islas Canarias como protagonista y aprovechando la celebración del Día de los Trabajadores. Allí, frente al mausoleo de Lenin, lucieron las palmeras en un colorido cartel que rompía la grisácea instantántea de los destacamentos policiales desfilando por delante de los ampulosos edificios que rodean el Kremlin.
De todo ello da buena cuenta Romero en su 'Libro de oro del marketing de guerrilla' (Innova y Comunica Media), un volumen profusamente ilustrado cuya llegada a las tiendas coincidió con el 25º aniversario de la caída del Muro de Berlín.
Dividida en 27 apartados, asociados a otros tantos personajes, la obra explora a través de 837 imágenes acciones tan audaces como la colocación de un mensaje publicitario en la espalda del nadador polaco Rafal Szukala, campeón de estilo mariposa en los Campeonatos del Mundo de Natación de Roma de 1994, la organización de una multitudinaria luna de miel que llegó a ingresar en el Libro Guinness de los Récords, el aparcamiento de un taxi muy particular a las puertas del mismisimo Palacio de Buckingham, a la espera de que llegase un viajero real, o el reparto de 1.300.000 calcomanías en forma de corazón con los colores de las banderas de los 32 países que disputaron el Mundial de Alemania en 2006 y que adornaron los rostros de los aficionados con el logotipo de Canarias. Toda una invitación a descubrir las peripecias de este auténtico guerrillero del marketing.